sábado, 24 de octubre de 2009

El Dios de la Vida dice...

“Los afligidos y los necesitados buscan agua, pero no la hay,
su lengua está reseca de sed.
Yo, el Señor, les responderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.”

Isaías 41:17

Lista de Hidroelectricas en Construccion y en Tramites

Hace click el alance para ver la lista larga de proyectos hidroelectricos en construccion o tramites

http://www.asep.gob.pa/electric/Anexos/CONCESIONES.pdf

martes, 20 de octubre de 2009

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA - Y LAS HIDROELECTRICAS EN CHIRIQUI

La Doctrina Social de la Iglesia dice mucho frente de la problemática de las hidroeléctricas en Chiriquí. Aquí se encuentras unas palabras….

Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia

Derecho al Agua

El agua, por su misma naturaleza, no puede ser tratada como una simple mercancía más entre las otras, y su uso debe ser racional y solidario. El derecho al agua, como todos los derechos del hombre, se basa en la dignidad humana y no en valoraciones de tipo meramente cuantitativo, que consideran el agua sólo como un bien económico. Sin agua, la vida está amenazada. Por tanto, el derecho al agua es un derecho universal e inalienable. (485)

Palabras de Documento Conclusivo del V Conferencia Episcopal de Aparecida:

Nuestra responsabilidad cristiana:

El discípulo misionero, a quien Dios le encargó la creación, debe contemplarla, cuidarla y utilizarla, respetando siempre el orden que le dio el Creador (125). La Iglesia agradece a todos los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente. Hay que darle particular importancia a la más grave destrucción en curso de la ecología humana. (472)

Opción para los más humildes y compromiso al bien común:

El Señor ha entregado el mundo para todos, para los de las generaciones presentes y futuras. El destino universal de los bienes exige la solidaridad con la generación presente y las futuras. Ya que los recursos son cada vez más limitados, su uso debe estar regulado según un principio de justicia distributiva respetando el desarrollo sostenible. (126)

La devastación de nuestros bosques y de la biodiversidad mediante una actitud depredatoria y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para vivir hacinados en los cinturones de miserias. (472)

Un desarrollo humano que respeta la creación de Dios:

Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida, en perjuicio de naciones enteras y de la misma humanidad.

(471)

Buscar un modelo de desarrollo alternativo, integral y solidario, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una auténtica ecología natural y humana, que se fundamenta en el evangelio de la justicia, la solidaridad y el destino universal de los bienes, y que supere la lógica utilitarista e individualista, que no somete a criterios éticos los poderes económicos y tecnológicos (471)

El Medio Ambiente y el Cristiano

El Medio Ambiente y el Cristiano


El nuevo Compendio de Doctrina Social de la Iglesia dedica un capítulo entero a temas medioambientales, reconociendo su creciente importancia. Los primeros números animan a los cristianos a considerar el medio ambiente con una actitud positiva, para evitar una mentalidad de desprecio y condena, y reconocer la presencia de Dios en la naturaleza.

Deberíamos ver el futuro con esperanza, recomienda el Compendio, «sostenidos por la promesa y el compromiso que Dios renueva continuamente» (No. 451). En el Antiguo Testamento vemos cómo Israel vivió su fe en un medio ambiente que era visto como don de Dios. Además, «la naturaleza, la obra de la acción creativa de Dios, no es un adversario peligroso».

El Compendio también invita a recordar el comienzo del libro del Génesis, en el que el hombre es puesto como la cima de todos los seres y Dios le confía que cuide toda la creación. «La relación del hombre con el mundo es parte constitutiva de su identidad humana. Esta relación es a su vez resultado de otra relación aún más profunda con Dios» (No. 452).

En el Nuevo Testamento Jesús hace uso de los elementos naturales en algunos de sus milagros y recuerda a los discípulos la providencia de su Padre. Luego, en su muerte y resurrección, «Jesús inaugura un mundo nuevo en el que todo le está sometido y recrea las relaciones de orden y armonía que el pecado había destruido» (No. 454).

Ciencia y tecnología
El concilio Vaticano II reconocía el progreso hecho por la ciencia y la tecnología al extender nuestro control sobre el mundo creado. Mejorar nuestras vidas de este modo está de acuerdo con la voluntad de Dios, concluían los padres conciliares. También observaban que la Iglesia no se opone al progreso científico, que es una parte de la creatividad humana dada por Dios.

Pero, añade el Compendio, «un punto central de todo uso científico y tecnológico es el respeto por los hombres y mujeres, que debe acompañarse también de la necesaria actitud de respeto por todas las criaturas vivas» (No. 459). Por lo tanto, nuestro uso de la tierra no debería ser arbitrario y es necesario que esté inspirado por un espíritu de cooperación con Dios.

Olvidar esto suele ser la causa de acciones que dañan el medio ambiente. Reducir la naturaleza a «términos mecanicistas», suele acompañarse por la falsa idea de que sus recursos son ilimitados, llevando a considerar el desarrollo en una dimensión meramente material, en la que se da el primer lugar «al hacer y tener en vez de al ser» (No. 462).

Si es necesario que evitemos el error de reducir la naturaleza a términos meramente utilitaristas, según el cual sólo es algo que hay que explotar, también es necesario que evitemos irnos al otro extremo haciéndola un valor absoluto. Una visión ecocéntrica o biocéntrica del medio ambiente cae en el error de poner a todos los seres vivos al mismo nivel, ignorando la diferencia cualitativa entre los seres humanos, basada en su dignidad de personas humanas, y otras criaturas.

La clave para evitar tales errores es mantener una visión trascendente. Actuar de modo más responsable hacia el medio ambiente resulta más fácil cuando recordamos el papel de Dios en la creación, explica el Compendio. La cultura cristiana considera las criaturas como un don de Dios, que debe cuidarse y salvaguardarse. El cuidado del medio ambiente también entra dentro de la responsabilidad de asegurar el bien común, por el que la creación se destina a todos. El Compendio también observa que tenemos una responsabilidad con las generaciones futuras.


Compartir los bienes
Se dedica una sección del capítulo a la cuestión de compartir los recursos de la tierra. Dios ha creado los bienes de la tierra para que sean usados por todos, observa el Compendio, y «deben ser compartidos de modo equitativo, de acuerdo a la justicia y la caridad» (No. 481). De hecho, es necesaria la cooperación internacional en temas ecológicos, puesto que suelen ser problemas a escala global.

Los problemas ecológicos suelen estar conectados con la pobreza, con gente pobre incapaz de abordar problemas como la erosión de las tierras de cultivo, debido a sus limitaciones económicas y tecnológicas. Y muchos pobres viven en suburbios urbanos, afligidos por la polución. «En tales casos el hambre y la pobreza hacen virtualmente imposible evitar una explotación intensiva y excesiva del medio ambiente» (No. 482).

La respuesta a estos problemas no es, sin embargo, políticas de control de población que no respetan la dignidad de la persona humana. El Compendio sostiene que el crecimiento demográfico es «plenamente compatible con un desarrollo integral y compartido» (No. 483). El desarrollo debería ser integral, continúa el texto, asegurando el verdadero bien de las personas.

En relación a los recursos naturales hay que considerar el destino universal de los bienes, y particularmente cuando se trata del tema del agua. El acceso inadecuado al agua potable afecta a gran número de personas y suele ser fuente de enfermedades y muerte.

Para el mundo desarrollado, el compendio ofrece algunas notas sobre los estilos de vida apropiados. A nivel individual y comunitario, se recomiendan las virtudes de la sobriedad, la templanza y la autodisciplina. Necesitamos romper con la mentalidad basada en un mero consumo, además de ser conscientes de las consecuencias ecológicas de nuestras elecciones, sostiene el texto.

El Compendio concluye su capítulo pidiendo que nuestra acción hacia la creación se caracterice por la gratitud y el aprecio. Deberíamos recordar también que el mundo revela el misterio de Dios que lo ha creado y lo sostiene. Redescubrir este significado profundo de la naturaleza no sólo nos ayuda a descubrir a Dios, sino que también es la clave para actuar de modo responsable de cara al medio ambiente. (zenit.org)

Mapa de las hidroelectricas en tramites en Chiriqui

Este mapa no esta actualizada.

Hay muchos mas proyectos en tramites


Muere el Chiriqui Viejo

Muere el Río Chiriquí Viejo

Anamaría Ospina Monroy

Si queremos a conocer una de las áreas más lindas de Panamá, por un medio poco común y muy divertido, a través del río, geográficamente el país ofrece un admirable espectáculo en un sencillo sistema de montañas que se extiende a lo largo del río Chiriquí Viejo, uno de los más extensos de la provincia de Chiriquí, que nace en las faldas del Volcán Barú y desemboca en el Océano Pacífico.

Con 128 kilómetros de longitud, el río es torrentoso, rápido y muy emocionante para los amantes del rafting, quienes recorren kilómetros de agua por la frontera entre Costa Rica y Panamá. A lo largo de su recorrido atraviesan algunas de las regiones más fértiles del país, observando una vegetación admirable y la presencia de diferentes tipos de reptiles y monos.

Es necesario que quienes disfrutan de esta riqueza natural la salven de aquellos que, por beneficio de unos pocos, actúan en detrimento del río y de los chiricanos, quienes se abastecen de la toma del agua de este río en el distrito de Barú y en Paso Canoa.

En el distrito de Renacimiento, en Baitún, donde comienza la travesía del rafting, se han devastado grandes extensiones montañosas, con dinamita, para la construcción de uno de los 10 proyectos de hidroeléctricas que atentan contra nuestra hidrografía y contra nuestro medio ambiente. Si visitamos el área, podemos ver cómo pasan de tres en tres los camiones articulados en medio del río, contaminándolo con diésel, y vemos cómo los desechos de cemento, silca y aceite viajan con la corriente. La deforestación y la tala de árboles es una actividad diaria.

El uso de las obras hidráulicas origina una regulación artificial de caudales que afecta profundamente a la fauna, no por las grandes fluctuaciones de nivel provocadas sino, también, por el desfase temporal en que ocurren respecto al ciclo vegetativo y por la contaminación del río en la incorporación al agua de materias extrañas, como productos químicos, así como residuos industriales que deterioran la calidad del agua.

La contaminación de ríos y arroyos por contaminantes químicos se ha convertido en uno de los problemas ambientales más graves del siglo XX. Cada año mueren unos 10 millones de personas en el mundo por beber agua contaminada, mueren peces y nos estamos muriendo nosotros, con los brazos cruzados. Muere nuestro río y no por viejo sino por nuestra culpa.

Qué ironía, mientras que en los países industrializados se están recuperando los bosques, gracias a las presiones sociales, reconviertiéndolos en atractivos turísticos, nosotros aquí estamos permitiendo un gran daño ecológico, que atenta contra nosotros mismos, contra nuestro turismo, contra nuestras futuras generaciones y contra nuestro río.

Así como unos recibieron la concesión y el beneficio económico para crear este desastre, en un futuro otros lo recibirán para la reforestación y reconstrucción de nuestras áreas verdes, así pues, gana el que tenga más dinero y no más conciencia social.

14.10.2009

10 Mitos de las Hidroelectricas

10 mitos de las centrales hidroeléctricas

1.- ¿Son Limpias?

No. En el pasado se creía que las hidroeléctricas eran una solución limpia para proveernos de electricidad. Hoy se sabe que las centrales hidroeléctricas de embalse emiten, unas diez veces más de metano y CO2 que cualquier central termoeléctrica, debido a la putrefacción de bosque y del subsuelo inundados, acelerando así de sobremanera el efecto invernadero. A esta situación hay que sumar la falta de esta vegetación en la reproducción del oxígeno.

2.- ¿Son renovables?

La renovabilidad de las centrales hidroeléctricas de embalse no es ilimitada. Cada represa requiere de una evaluación de su vida útil, ya que ésta depende de factores como el estancamiento de sedimentos que, a lo largo del tiempo, disminuyen el volumen de agua y con ello el volumen de generación. Entonces, se puede decir que, aunque por un periodo limitado de tiempo no hay que pagar combustible para la generación de energía, se limita la renovabilidad a un periodo de tiempo bastante restringido.

3.- ¿Son sustentables y solucionan definitivamente el problema del abastecimiento?

No. Calculan, para las centrales hidroeléctricas un promedio de vida útil de 50 años, lo que queda después, es un pozo de arena. En consecuencia, pagamos con nuestro aire, suelo, bosque y agua y con ello también con nuestros intereses económicos (turismo, agricultura) el retardo, estimado en 50 años, para aplicar las tecnologías que podríamos perfectamente implementar desde ya.

No es necesario destruir nuestro sustento como seres parte de este gran ecosistema y por ello dependientes de nuestro medio ambiente, tampoco es preciso destruir a nuestro sustento económico y sin quitarle su propiedad a miles de personas afectadas por este megaproyecto.

Nos deja muy vulnerables frente a tiempos de sequía, más aún si consideramos que la tendencia general va hacia una disminución del caudal de nuestros ríos. Invertir en hidroeléctrica significa agravar el problema existente haciéndonos más vulnerables hacia la sequía.

4.- ¿Son indispensables para el desarrollo?

No. Hoy existen otras formas de generar la energía requerida con mucho menos impacto y además agravan nuestra dependencia del factor climático. Incluso hay que decir que las centrales hidroeléctricas impiden el desarrollo del turismo enfocado en el turismo de naturaleza, de la agricultura y ganadería, obligando a miles de personas a abandonar sus campos y de la pesca por la destrucción de la calidad del agua (temperatura, oxigenación y sobresaturación).

5.- ¿Son baratas?

Aquí la gran pregunta es para quién. Son baratas para las empresas que las operan, porque nadie las obliga a responder por los costos generados por sus impactos. Las personas no se encuentran protegidos y se pierden miles de puestos de trabajo relacionados con el turismo, agricultura, ganadería, acuicultura. El estado pierde las contribuciones en patentes e impuestos de estas actividades económicas, mientras que los dividendos de las hidroeléctricas y transmisoras de energía se van, en su gran mayoría, al extranjero. Nuestra experiencia nos enseña además que los bajos costos de producción ni siquiera se reflejan en el precio de mercado de la energía eléctrica.


6.- ¿Dan trabajo a la gente?

No. Se puede decir en resumidas cuentas que aumentaron los puestos de trabajo solamente durante la fase de construcción de la central y para la gente del sector solamente en labores básicas. Después de la construcción no quedaron ni siquiera estos puestos de trabajo. Incluso es muy poco probable que estos proyectos no destruyan puesto de trabajo en turismo. Bajan las reservas para esta temporada tan sólo con el rumor de que las represas eran cosa decidida.

7.- ¿No hay otra opción?

Si. Afortunadamente hay una serie de otras opciones. Ahora es el tiempo de invertir en energías renovables: eólica, mareomotriz, geotermia, nuevas tecnologías en energía solar, etc.

8.- ¿No me incumbe?

Aunque no sea propietario u ocupante de un terreno afectado por los embalses no por la tala rasa de los troncales, estos proyectos sí afectan a todos en lo económico porque el turismo genera ingresos para todo el país y también nuestra calidad de vida porque nuestros ríos son verdaderas arterias de vida que juegan un papel importante en el desarrollo del clima. Como partes de nuestro medio ambiente, obviamente nos afectamos automáticamente por la destrucción de su suelo, agua y aire.

9.- ¿Ya es tarde para evitar que se construyan?

No es tarde. Hasta el momento no están ni siquiera los estudios de impacto ambiental aprobados. Y si ellos no son un mero trámite, estos proyectos con su tremendo impacto en el medio ambiente, la cultura y la sociedad no pueden ser aprobados.

10.- ¿Nosotros no podemos hacer nada?

Al contrario: nosotros tenemos que hacer algo! Para rechazar estos proyectos necesitamos nada más ni nada menos que la presión de la ciudadanía y esto somos todos nosotros. Si deseamos preservar nuestro ambiente, nuestras fuentes de ingresos y todas nuestras proyecciones, tenemos que decir ¡No a las Represas!

En resumidas cuentas nos quieren vender gato por liebre: las hidroeléctricas son una opción que le hace un grave daño económico, ambiental y social. Hay mejores opciones y recursos para evitar tanto las represas en nuestro país. No se dejen engañar, ¡manifiéstense contra los proyectos hidroeléctricos en Chiriquí!